Ser financieramente responsable es un estilo de vida
La forma en que tratas tu dinero es el resultado de los hábitos que tienes. Esto es lo que diferencia a las personas financieramente responsables de las demás. Y no me refiero sólo al hábito de gastar.
Si has intentado cambiar tu forma de gastar en el pasado y has fracasado, no me sorprende.
Ser económicamente responsable es un estilo de vida. No se trata sólo de lo que haces con tu dinero. Las personas financieramente responsables son...
Intencionales con sus gastos
Se centran en sí mismas y disfrutan de las pequeñas cosas
Ahorran dinero diligentemente cada mes
Gastan menos de lo que ganan
Se trata de cómo vives toda tu vida. La buena noticia es que usted tiene el poder de cambiar su vida.
Basta con que cambies tus hábitos. La gente suele decir que es difícil cambiar porque no pueden evitar caer en sus viejos hábitos.
Y es cierto. Y ese no es el único reto. Especialmente cuando se trata de nuestras finanzas, tenemos que ir en contra de nuestra naturaleza. Piense en ello. Ahorrar para el futuro no tiene sentido desde un punto de vista evolutivo.
Pero como dijo el filósofo francés Blaise Pascal:
"El hábito es una segunda naturaleza que destruye la primera".
Lo que sigue es una lista de hábitos que creo que sustituirán a nuestra destructiva primera naturaleza cuando se trata de dinero.
1. Meditar
La meditación diaria es realmente algo que cambia la vida. La razón por la que meditamos es que queremos distanciarnos de nuestros pensamientos.
Queremos dejar de sufrir mentalmente. Queremos tener paz interior y evitar el estrés del dinero.
Cuando meditas, logras esas cosas a tiempo. Y cuando tienes esa paz interior, ya no sentirás el impulso de seguir gastando tu dinero.
Esto es algo que he experimentado muy a menudo en mi vida. Y para ser sincera, de vez en cuando sigo sintiéndolo cuando estoy inquieta o no estoy presente.
En esos momentos, siento esa fuerza interna de encontrar algo que pueda comprar. Puede ser cualquier cosa, desde un nuevo smartphone hasta unas vacaciones. Sólo quiero gastar.
No sé exactamente de dónde viene esa sensación, pero la buena noticia es que no necesitas explicar tus impulsos. Basta con observarlos hasta que desaparezcan.
Recuerda que todo impulso o sentimiento que surja en tu organismo también desaparecerá. Nada es permanente. Cuando meditas, lo aprendes rápidamente.
Yo aplico esta técnica a mis decisiones monetarias todo el tiempo. Siempre observo mis pensamientos antes de actuar en consecuencia. 9 de cada 10 veces los pensamientos son BS y simplemente los ignoro.
2. Leer
Las personas que leen libros tienden a ser más tranquilas y tienen la capacidad de concentrarse en una cosa durante largos periodos de tiempo.
Leer también es un pasatiempo barato. Claro que cuesta dinero comprar libros, pero también se puede ir a la biblioteca o leer en línea.
Siempre me ha gustado leer, pero cuando me convertí en una lectora seria, me volví más tranquila en general. En lugar de salir a comprar cosas, disfruto mucho leyendo un libro.
Cuando lees más, tienes menos tiempo y energía para ser irresponsable con tu dinero.
3. Hacer ejercicio
El ejercicio no sólo es bueno para la salud, sino también para el cerebro. Cuando uno hace ejercicio, generalmente tiene más energía y está de mejor humor.
Y cuando estoy de mejor humor, siempre soy más responsable con mi dinero.
Como puedes ver en los hábitos de esta lista hasta ahora, no tienen nada que ver con el dinero en sí. No estoy hablando de controlar tus gastos o de vivir con un presupuesto.
No soy ese tipo de escritora de finanzas personales.
El dinero es un tema emocional. No puedes ser más responsable financieramente si simplemente tienes hábitos monetarios saludables. Debes cambiar todo tu estilo de vida.
Todo se reduce a la disciplina. Si eres disciplinado con todo lo demás en tu vida, te garantizo que también lo serás con tu dinero.
4. Simplificarlo todo
Yo veo el mantener las cosas simples como un hábito. No importa lo que hagas en la vida, puedes hacerlo de una manera sencilla. Pregúntese siempre:
"¿Cómo puedo hacer esta actividad o lograr este objetivo gastando la menor cantidad de energía?".
Verás que tienes que hacerlo de la forma más sencilla. Por ejemplo, haciendo ejercicio. Si te apuntas a rutinas muy intensas y complejas, probablemente lo dejes.
Al menos, a mí me pasaba cada vez que hacía algo complejo. El año pasado empecé una rutina de entrenamiento que utilizan los triatletas.
Quería ver cómo era el entrenamiento para un triatlón antes de comprometerme con uno. Me apunté a un entrenador que me hizo todo un plan, consistente en diferentes tipos de entrenamientos.
El tipo tenía buenas intenciones, pero hizo el plan demasiado complejo. Me harté al cabo de dos semanas y dejé de trabajar con él. Por ahora, he vuelto a mi rutina de entrenamiento simple.
Dos entrenamientos completos a la semana, dos carreras y un paseo largo en bicicleta.
Aplico esta línea de pensamiento a todo lo que hago, desde mi trabajo, aficiones, salud, viajes y todo lo demás.
5. Ser proactivo
No te quedes ahí sentado, ¡haz algo! Esa es la mentalidad de una persona proactiva.
Cuando tomes las riendas de tu vida, te sentirás más dueño de ella. Esta es la clave cuando se trata de tus finanzas.
Cuando tienes deudas, tienes que actuar. Siéntate, examina tus finanzas, piensa en cómo puedes recortar tus gastos y actúa de inmediato.
Incluso cuando no estás en una situación financiera difícil, de vez en cuando echas un vistazo a tus gastos para asegurarte de que no te estás descontrolando.
La vida es equilibrio. No quieres gastar más de la cuenta, pero tampoco gastar menos de la cuenta (o ser un tacaño).
Sigue siendo proactivo en tu vida. Si has pasado un verano estupendo y has derrochado en todo, desde restaurantes y hoteles hasta aparatos nuevos, da un paso atrás.
Vive con sencillez durante unos meses y ahorra todo lo que puedas. La vida es dinámica.
Las personas financieramente responsables lo entienden como nadie. Hacen lo necesario para mantener el control de su dinero.
¡Actúa con estos 5 hábitos, mejora y comparte!